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lunes, 29 de enero de 2018

¿CÓMO ES QUE LOS DIOSES OBTENÍAN LA INMORTALIDAD?



La comida de los dioses en el Olimpo. Pintura decorativa
de un plato atribuida a Nicola da Urbino
(
ca. 1480 – 1540/1547). Obra de 1530.
Como característica principal de los dioses, la inmortalidad era mantenida gracias a una dieta de néctar (bebida) y ambrosía (comida), alimentos privativos de las divinidades. De esta manera, la eternidad de los dioses dependía curiosamente de un tipo particular de alimentación. La inmortalidad sin embargo, podía ser concedida a ciertos mortales en circunstancias especiales: la princesa Psiquis, por ejemplo, fue inmortalizada para poder desposar al dios Eros; varios héroes, por su ascendencia divina, o por sus pruebas de coraje y arrojo sobrehumanos, se hicieron inmortales. Una de las maneras por las cuales los dioses conferían la inmortalidad consistía en ofrecer néctar o ambrosía al mortal. Otra forma era exponerlo al fuego: las diosas Tetis y Ceres, por ejemplo, usaron este recurso para inmortalizar a Aquiles y Demofón respectivamente. Algunos hombres tenían una inmortalidad condicional. Así, Pterelao vivió hasta el momento en que su hija cometa le cortó un rizo de oro que lo hacía inmortal. Como detalle adicional, se puede agregar que los dioses, además de consumir tanto el néctar como la ambrosía, poseían el icor que era una sustancia presente en su sangre –a veces también se consideraba que era la sangre misma, o también se creía que podía estar presente en el néctar y en la ambrosía. 

lunes, 22 de enero de 2018

HESTIA

Hestia Giustiniani.
Estatua en mármol. Museo Torlonia

Simbolizando siempre algún fenómeno natural, un hecho social o una reflexión sobre el mundo o la vida, la mitología grecorromana englobaba gran número de dioses. Entre ellos, resaltaban las divinidades relativas a la familia y a la patria: Hestía (Vesta), los Lares, los Penates y los Genios, cada una dotada de características específicas, pero todas relacionadas con la protección de las comunidades o grupos sociales.

Hestía (en griego antiguo Ἑστία Hestía) es una divinidad del fuego, como Hefesto (Vulcano), el dios artesano, o el titán Prometeo, que también simbolizaban ese elemento. Pero, mientras Hefesto representa al fuego no domado, el elemento ígneo en sus manifestaciones subterráneas, y Prometeo el fuego del que el hombre se apoderó como condición de autonomía, Hestía es el fuego doméstico, el fuego del hogar y del altar, que proporciona calor y cuece los alimentos para los hombres o los sacrificios para los dioses, y que fortalece la unidad familiar. La misma palabra “hestía” es la traducción de ese  sentido funcional del fuego: en griego quiere decir “hogar”.
Hestia. Cerámica ateniense en rojo (S. V a. C.)

La divinidad del fuego doméstico se encuentra, bajo diferentes denominaciones y con cultos diversos, en todos los pueblos de lenguas indoeuropeas. Entre estos, el culto del hogar parece haber señalado el paso de la condición de nómades a sedentarios.

La figura  de Hestía no aparece en Homero (siglo IX a.C.), aunque el poeta menciona la santidad del hogar. Quien primero habla de ella es Hesíodo (VIII a.C.), en su Teogonía, donde la diosa es citada como hija de Cronos (Saturno) y Rea (Cibeles) y por lo tanto como hermana de Zeus (Júpiter), Hades (Plutón), Poseidón (Neptuno), Hera (Juno) y Deméter (Ceres).

El sacrificio a Vesta (1771) Francisco de Goya
Como representa el poder purificador del fuego, ella es conocida míticamente como una joven casta. Se cuenta que tras la guerra contra los Titanes, Hestia fue cortejada por Poseidón y por Apolo pero juró sobre la cabeza de Zeus que permanecería siempre virgen, evitando así la primera disputa entre dioses olímpicos. El rey de los dioses le correspondió cediéndole la primera víctima de todos los sacrificios públicos y los lugares preeminentes de todas las casas.

Primogénita de la pareja Cronos-Rea, recibe así las primicias de todos los sacrificios. Se le solía sacrificar una ternera de menos de un año. En el culto, personifica sobre todo al fuego del hogar, el centro de la casa, en torno al cual se reunía la familia. Simboliza el concepto de morada estable, lugar donde convergen todos los miembros de un clan, y donde los dioses protectores de la estirpe tienen su sede. También es a su alrededor donde las familias celebran sus fiestas y sus ritos de nacimiento, matrimonio, etc., y acogen a los huéspedes, los extranjeros, los caminantes y los mendigos.

Hestía no protege solamente el lar u hogar privado, sino también a la ciudad (el lar común), cuyo fuego sagrado es conservado cuidadosamente. En las ciudades griegas, la “hestía” publica era colocada en el pritaneo, casa de la ciudad, lugar de reunión de los representantes de las tribus, centro político de la región.

Cuando un grupo de ciudadanos partía con el propósito de formar una nueva patria, colonia de la ciudad-madre, llevaba consigo una parte del fuego del pritaneo, para encender con él el lar público de la nueva fundación. En ocasión de la fusión de villas en una sola, se encendía la “hestía publica” que era el símbolo del centro político y religioso de la confederación recién formada.

Su culto fue siempre simple, despojado de refinamientos. En todos los ritos era costumbre sacrificar a Hestía tanto al principio como al fin de las celebraciones. Su equivalente romano es Vesta aunque difiere de esta última tanto en atribuciones como importancia ( véase Vestales)






¿QUÉ SIGNIFICA LA PALABRA PLUTOCRACIA?

Estatua de Pluto, copia romana del
siglo I de un original del 374370 a. C.
El término plutocracia, como todos aquellos terminados en “cracia” (cratia= poder, gobierno), refiere un tipo de gobierno; en este caso, al ser la primera raíz “pluto” (riqueza, abundancia tesoro), podemos entender la palabra como “gobierno de la riqueza” o “gobierno de los ricos”. Es decir, es una forma de gobierno en que el poder se encuentra en un grupo reducido de personas –una especie de oligocracia- que se caracterizan por tener una gran cantidad de bienes. El primero en utilizar el término fue el historiador Jenofonte para referirse a la situación política y social de la Atenas previa a las reformas de Solón (s. V a. C.)
En la mitología griega, Pluto es el dios de la riqueza y, por ende, una divinidad vinculada a la agricultura, la cosecha y la abundancia. Según Hesiodo, era hijo de Ceres (Démeter) y Yasión. Figuraba en el cortejo de su madre como un adolescente o un niño que portaba la cornucopia. Más tarde, su culto se desligó del de su madre, para simbolizar no solo la riqueza agrícola sino en general. Según una versión, Zeus lo privó de la vista a fin de que al momento de dispensar los bienes, Pluto no se dejase llevar por los méritos de la persona, lo que hacía que este prodigara los bienes sin tener en cuenta si una persona era buena o mala, trabajadora u ociosa.
Este dios es representado como un niño conducido por la Fortuna –llevando siempre la cornucopia- o como un anciano de ojos vendados con una bolsa en las manos.

En la comedia Pluto, el escritor Aristófanes se plantea qué es lo que pasaría si se le devolviese la vista al dios, lo que convierte a esta obra en una crítica de la Atenas de su tiempo.  
Irene con el niño Pluto: copia romana de la
estatua votiva Kephisodotos, c. 370 a.C., en el Ágora, Atenas.

lunes, 19 de septiembre de 2011

DIONISIO

SINOPSIS
Baco de Miguel Ángel
Dios del vino y la embriaguez; el éxtasis y el delirio, la vendimia y la fertilidad. Fue conocido como Baco por los romanos. Su leyenda es compleja porque reunió elementos tomados de Grecia y de los países vecinos. Hijo de Júpiter y Semele, fue educado por las Ninfas en el valle de Nisa. Ya adulto, descubrió la vid y su empleo. Enloquecido por Zeus, anduvo errante por Egipto, Siria y Frigia, donde la diosa Rea lo inició en su culto. Enseñaba a los hombres a cultivar la vid y a hacer el vino. Fatigado de tantos viajes, volvió a Grecia y recuperó la razón gracias a Cibeles. En Tracia fue mal recibido por el rey Licurgo, al que castigó severamente. Luego conquisto la India por la fuerza de sus armas y su poder místico. Viajaba en un carro tirado por panteras y adornado con ramas de vid y de hiedra. Lo acompañaba un cortejo de sátiros, Silenos y Bacantes. Vuelto a Beocia, introdujo las Bacanales en Tebas, donde el rey Penteo se opuso a su culto. Como de costumbre, se valió del vino para imponerse: embriagó a las mujeres y éstas mataron al rey. En Orcomene, donde reinaba Minias, trató de convencer al pueblo de unirse a la comitiva del vino. Las hijas del rey, Alcatoe, Arsipe y Leucipe, se negaron a acompañarlo y fueron cruelmente castigadas. Estando en una playa, Baco fue raptado por piratas, a los que transformó en delfines; sólo se salvó Acetes, que se opuso a sus compañeros. Visitando Naxos, su isla favorita, encontró a Ariadna, a la que desposó. Tras muchas aventuras, accedió a la asamblea Olímpica. Descendió a los infiernos y recuperó a Semele, su madre, llevándola a la comunidad divina con el nombre de Tione. Los griegos lo consideraban protector de las bellas artes, es especialmente del teatro. A Dionisio le estaban consagrados el toro, la serpiente, la hiedra, la hoja de parra y el tirso.

ORÍGENES:
Ánfora ática con representación
de Dionisio, un sátiro y una ménade.
540-530 a.C. Musée du Louvre,
Paris.
Baco fue el  nombre dado por la tradición romana a Dionisio (del griego Dionisios, “el Zeus de Nisa), dios del vino y de la exaltación, de la vendimia y el éxtasis. Proveniente de Oriente, dominó toda Grecia, llegando a ocupar en el Olimpo un puesto de jerarquía. Las leyendas que narran su origen difieren en muchos casos, no obstante, es común en todas las versiones la educación del Dios en el valle de Nisa, bajo el cuidado de las Ninfas, las Musas, los Sátiros, las Ménades (conocidas por la tradición romana como las Bacantes) y de Sileno. Más tarde estas figuras míticas formarían parte de su cortejo –a excepción de las Musas-, al que se le añadirían también Pan y los Centauros. Con este séquito, Dionisio viajaba por tierras griegas difundiendo la alegría y la felicidad.
Con respecto al origen del dios, se sabe que su culto fue tardío. Esto se debió a que Dionisio no fue –a diferencia de Apolo, por ejemplo- un dios griego sino que más bien su adoración provenía de Oriente .   Al no ser un descubrimiento griego, se supone que la vid fue importada al continente europeo desde el Oriente, a través de las islas. Los viajes de Dionisio corresponderían  a esa difusión de la vid a través de tres continentes.

Sus vagabundeos por el mundo han quedado plasmados en un gran número de leyendas, extremadamente variadas. Esta riqueza se debe no sólo a la vasta de popularidad de dios del vino, sino también al hecho de haberle sido incorporadas algunas divinidades extranjeras.
Trunfo de Baco y Ariadna de Carracci.
Para ser aceptada en Grecia, la fisonomía del dios sufrió varias transformaciones hasta llegar a convertirse en Dionisio Zagreo. Inicialmente, se le asimilaron dos divinidades: Sabacio y Basareo. El primero, venerado en Frigia y, según ciertas fuentes, también en Tracia, era una divinidad solar que producía y sustentaba la vida.Se lo representaba con cuernos, y tenía como emblema una serpiente. En su honor se realizaban fiestas nocturnas que recordaban a las de Dionisio, y en las cuales los participantes bebían vino y se entregaban a agitadas danzas. Con el tiempo, Sabacio fue asimilado a Dioniso y las leyendas de las dos divinidades se confundieron. De ahí se origina la tradición que hace de Tracia o Frigia la patria de Dioniso. Cierta variante del mito hace de Sabacio un educador del dios del vino, mientras otra lo da como su hijo.
En cuanto a Basareo, también de origen oriental (lidio), era venerado sobre todo como conquistador, y su identificación con Dioniso podría explicar las victorias de este último en Grecia.
La asimilación de Dioniso al dios cretense Zagreo introduce en su leyenda un elemento nuevo: la pasión. Dioniso Zagreo nace de Zeus y Deméter (Ceres). Los otros dioses, poseídos por los celos, lo despedazaron. Sin embargo Atenea (Minerva) le salvó el corazón, del cual Zeus hizo renacer a su hijo, gloriosamente resucitado a la vida.
EPÍTETOS
    Estatua de Dionisio del tipo Varese,
    esculpida en mármol hacia 150 d.C.
    Copia romana de un original griego
  • Acratoforo, epíteto con el que era designado como dador del vino sin mezclar, y bajo el que se le adoraba en Figaleya (Arcadia)
  • Acroreites, bajo el que era adorado en Sición
  • Adoneo (gobernante), epíteto latino que recibía como Baco
  • Bromio (el que brama).
  • Dendrites (el de los árboles), como poderoso dios de la fertilidad.
  • Dimorfo por el hecho que podía mostrarse como bello o como terrible de acuerdo a las circunstancias.
  • Ditirambo (el de la doble puerta) se usa a veces para referirse a él en las solemnes canciones cantadas en los festivales, y hace referencia a su prematuro nacimiento.
  • Egóbolo (matador de cabras), nombre bajo el que fue adorado en Potnias(Beocia).
  • Eleuterio ( el libertador), también aplicado a Eros.
  • Eneo, como dios de la prensa de vino.
  • Enorches (en los testículos, en alusión a Zeus cosiendo al infante Dioniso en su muslo), otra forma relacionada con la fertilidad en Samos y Lesbos.
  • Esimnetes (gobernante o señor), nombre bajo el que fue adorado en Aroe y Patras (Acaya).
  • Evio, un epíteto que se usa prominentemente en la obra de Eurípides, Las bacantes.
  • Faleno (del falo), garante de la fecundidad.
  • Floios (corteza), como espíritu de ésta.
  • Hierofante, sacerdote del culto.
  • Licnite (el del bieldo) le hacía un dios de la fertilidad relacionado con las religiones mistéricas. El bieldo era un instrumento similar a una pala que se usaba para aventar, es decir separar la paja del grano.
  • Lieo (el que desata), como un dios de la relajación y la liberación de las preocupaciones.
  • Omadio ( que come la carne cruda), sobrenombre de Baco en Quíos.
  • Sukites, protector de las higueras.
  • Yaco, le relaciona con los misterios eleusinos, donde era conocido como hijo de Zeus y Deméter.
En el panteón griego, Dioniso absorbe junto con Zeus el papel de Sabacio, una deidad tracia/frigia a la que se sacrificaba cerámica rota (probablemente para evitar que otra se rompiese en el fuego). En el panteón romano, Sabacio pasó a ser un nombre alternativo de Baco.
Dionisio y Ariadna de Sebastiano
Ricci.
DESCENDENCIA:
A pesar de su carácter festivo, a Dionisio se le atribuyen de manera oficial solamente dos amores: Ariadna, hija del rey Minos y a la cual desposó; y Afrodita, diosa del amor. Con ellas tuvo la siguiente descendencia:
         ·        Con Ariadna: Enopión, Toas, Estáfilo   y Peparethos. 
        ·        Con Afrodita: Príapo
CEREMONIAS Y CELEBRACIONES:
Con el paso del tiempo, Dionisio se convirtió en uno de los dioses más importantes de todo Grecia en cuyo honor se realizaban grandes fiestas. Si bien las celebraciones no eran iguales en todas las regiones donde se practicaban, dos elementos le eran comunes: el carácter orgiástico –interpretado como un intenso sentimiento de plenitud vital, de renovación de la naturaleza, de alegría y de promesa de ricas cosechas- y la presencia de mujeres que, presas del delirio extático, representaban el papel de las Ménades.
Entre las fiestas más importantes dedicadas al dios, tenemos:
·        Las Antesterias, que se realizaban al principio de la primavera y que eran fiestas donde se probaba el vino nuevo.
·        Las Oscoforias, que se celebraban en honor a la unión de Dionisio y Ariadna. Eran fiestas de cosecha.
·        Las Grandes Dionisiacas, realizadas en verano en casi todo Grecia y en las cuales los habitantes de diversas provincias, vistiendo máscaras y trajes hechos con pieles de animales, representaban escenas míticas de la vida de Dionisio. Estas celebraciones están estrechamente ligadas a los orígenes del teatro.
DIONISIO EN EL ARTE:

Para los artistas, Dionisio tuvo fundamentalmente dos aspectos:  como adulto –desde su aparición hasta la consolidación de su culto- y como adolescente –a partir de la primera mitad del siglo V a.C. No obstante, sea representado como adulto, adolescente o, incluso, como un niño, Dionisio aparece mostrando casi siempre sus símbolos: jarras, tazas, uvas y ramas de parra.
Baco de Caravaggio
En el arte helénico, desde tiempos muy remotos la figura de Dionisio ya aparecía en las cráteras. Aquí podía ser representado de diversas formas. Ya sea con cuernos y barba y coronado de hiedra; ya sea de pie, joven y teniendo un cántaro de vino. En el siglo IV a.C., momento en que se dio el gran florecimiento de la cultura griega, Dionisio figura sentado en un trono, con el manto enrollado en el brazo izquierdo, barba corta y cabellos sujetos en la nuca. Con el paso del tiempo, se va imponiendo la imagen del dios desnudo y joven. Para la época alejandrina (siglos IV a.C. – III a.C.), al producirse la declinación de la civilización helénica, se multiplicaron las representaciones del dios joven y embriagado.
En la época moderna, algunos artistas también se ocuparon de la figura de Dionisio; destacan los pintores Sebastiano Ricci, Carraci, Caravaggio o Diego de Velásquez.
Los borrachos o el triunfo de Baco de Velásquez