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martes, 16 de enero de 2018

IFIGENIA

Ifigenia (en griego Ίφιγένεια Iphigeneia, ‘mujer de raza fuerte’) en la mitología clásica es hija de Agamenón, rey de Micenas, y de Clitemnestra. Según una versión, su padre provocó la cólera de Artemisa (Diana), al afirmar que él era tan buen cazador como ella. La diosa, para castigarlo, le envió una calma que detuvo en el puerto de Aulis a los navíos griegos comandados por Agamenón. El adivino Calcas explicó que Artemisa solo sería apaciguada si Agamenón consentía en sacrificar a su hija Ifigenia. Aunque al principio se negó, el jefe, presionado por sus soldados, mando un embajador a Micenas a buscar a la joven, so pretexto de darla en casamiento a Aquiles. Cuando Calcas estaba listo para inmolar a Ifigenia en el altar de Artemisa, la diosa apiadada de la víctima, la sustituyó por una cierva. Enseguida la transporto a Táurida (en la actual península de Crimea) donde la hizo su sacerdotisa. Allí permaneció Ifigenia durante años al servicio de la diosa; tenía como función sacrificar a los extranjeros que recalaban en el país.
Ifigenia (1871) de Anselm Feuerbach


Un día desembarcaron en Táurida Orestes y Pílades quienes, por recomendación del oráculo de Delfos, habían ido a buscar la estatua de Artemisa. Ifigenia los conducía al sacrificio cuando reconoció a su hermano Orestes. Les entregó la imagen que buscaban y huyó en su compañía a Grecia. Perseguidos por Toante, rey de Táurida, fueron a dar a Crisa, en las costas de Tróade, donde encontraron a su medio-hermano Crises. Este los ayudo a matar a su perseguidor y los siguió hasta Micenas. Según variantes de la leyenda, Ifigenia murió en Mégara o, convertida en inmortal por Artemisa, fue asimilada a la diosa Hécate.          

Como dato adicional, podemos agregar que Ifigenia es a veces confundida con Ifianasa (en griego Ἰφιάνασσα), una de las tres hijas de Agamenón en la Ilíada de Homero (Libro IX, 145 y 287). Homero no menciona el sacrificio de Ifigenia y el nombre Ifianasa puede ser simplemente una antigua variante de Ifigenia. La mayoría de los investigadores coinciden sin embargo en que Ifianasa e Ifigenia, a pesar del parecido de sus nombres, probablemente fueran personajes diferentes.

Algunas adaptaciones famosas son las de

Ifigenia en Áulide de Euripides (que es quizás la versión teatral más conocida)
Ifigenia en Táuride, también de Eurípides ( continuación de la segunda)
Ifigenia de Jean Racine
Ifigenia en Áulideópera de Christoph Willibald Ritter von Gluck (basada en la version de Racine)

El sacrificio de Ifigenia (1653) de Sebastien Bourdon 



domingo, 25 de septiembre de 2011

¿CUÁNTAS Y CUÁLES SON LAS MUSAS?

La musa Calíope de Cesare Dandini
Ah mira, en relación a las musas hay mucha divergencia con respecto a su origen . El poeta Mimnermo las considera hijas de Urano (el Cielo) y Gaia (la Tierra). Otros les dan como padre a Piero, rey de Emathía (antiguo nombre de Macedonia), vacilando en cuanto a la madre, que sería Antíope o aun la ninfa Pimpleis. Para algunos autores, Pimpleis o Pímpleia habría realmente engendrado a las Musas, pero no con Piero, sino con Zeus (Júpiter). Pero la versión más aceptada es la de Hesíodo (siglo VII a.C.), que atribuyó la concepción de las nueve diosas a la titania Mnemosine, la memoria, y a Zeus.

Cualquiera sea la leyenda del nacimiento de las Musas, ellas constituyen una de las más admirables concepciones que la imaginación humana logró inventar para representar, en forma concreta, los poderes creadores de la mente.

Homero las invoca para que lo ayuden a crear sus poemas, la Ilíada y la Odisea. Se dirige a todas en conjunto, como si fueran una Musa sola, sin especificar nombres. Por el contrario, Hesíodo fija su número en nueve, y para individualizarlas indica sus nombres: Clío, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore, Erato; Urania y Calíope. Las venera con ardor por ser ellas, -afirma-, quienes le despertaron el don de la poesía cuando él era sólo un pastor; fueron ellas quienes le dictaron la Teogonía, su célebre obra sobre el origen del mundo y de los dioses.

Alegoría de la música (la musa Erato) de
Filipinno Lippi
Aunque mencionadas en los textos de poetas antiguos como Homero, las Musas sólo tuvieron atribución definida en época más reciente. Sus nombres, en griego ( y sus significados), son los siguientes: Kleió significa “gloria y reputación”, y representa a la Historia, pues es la encargada de celebrar, alabar o difundir las acciones humanas. Euterpe, “deleite, la que encanta”, preside la música. Tháleia o Thalia, “la que siempre florece, la fecunda, espléndida o abundante”, personifica la comedia. Melpomene, “la cantora o aeda”, es la tragedia. Terpsijore, “la que se regocija o la que encanta con los coros”, simboliza la danza. Erató, “la amable”, preside la poesía lírica y erótica. Polymnia, “muchos himnos” o, según algunos, “mucha memoria”, protege la oratoria y el ditirambo (composición lírica que, por expresar entusiasmo, fue utilizada como himno en honor de Baco), y también el arte mímico o teatral en general. Uranía, “la celeste”, representa a la astronomía y las ciencias exactas. Y Calíope, “la bella voz”, es la más sabia de las nueve hermanas. Los autores difieren en cuanto a las atribuciones de esta última: mientras algunos la sitúan, al mismo tiempo, en el campo de la elocuencia, la retórica y la poesía heroica, otros la limitan a la poesía épica, dejando las anteriores bajo la inspiración de Polymnia. Caliope es representada con una diadema de oro, que la distingue de sus hermanas y la identifica como la cabeza o guía  del coro de las Musas. En otros post, hablaremos más detalladamente de cada una de las musas… Ahí nos vemos…  
Apolo y las musas (1632) de Nicolas Poussin.