Estatua de Pluto, copia romana del siglo I de un original del 374–370 a. C. |
El término plutocracia, como todos aquellos
terminados en “cracia” (cratia= poder, gobierno), refiere un tipo de gobierno;
en este caso, al ser la primera raíz “pluto” (riqueza, abundancia tesoro),
podemos entender la palabra como “gobierno de la riqueza” o “gobierno de los
ricos”. Es decir, es una forma de gobierno en que el poder se encuentra en un
grupo reducido de personas –una especie de oligocracia- que se caracterizan por
tener una gran cantidad de bienes. El primero en utilizar el término fue el
historiador Jenofonte para referirse a la situación política y social de la
Atenas previa a las reformas de Solón (s. V a. C.)
En la mitología griega, Pluto es el dios de
la riqueza y, por ende, una divinidad vinculada a la agricultura, la cosecha y
la abundancia. Según Hesiodo, era hijo de Ceres (Démeter) y Yasión. Figuraba en
el cortejo de su madre como un adolescente o un niño que portaba la cornucopia.
Más tarde, su culto se desligó del de su madre, para simbolizar no solo la
riqueza agrícola sino en general. Según una versión, Zeus lo privó de la vista
a fin de que al momento de dispensar los bienes, Pluto no se dejase llevar por
los méritos de la persona, lo que hacía que este prodigara los bienes sin tener
en cuenta si una persona era buena o mala, trabajadora u ociosa.
Este dios es representado como un niño
conducido por la Fortuna –llevando siempre la cornucopia- o como un anciano de
ojos vendados con una bolsa en las manos.
En la comedia Pluto, el escritor Aristófanes se plantea qué es lo que pasaría si
se le devolviese la vista al dios, lo que convierte a esta obra en una crítica
de la Atenas de su tiempo.
Irene con el niño Pluto: copia romana de la estatua votiva Kephisodotos, c. 370 a.C., en el Ágora, Atenas. |
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