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Edipo y la Esfinge de Gustave
Moureau |
Hijo de Layo, rey de Tebas, y de Yocasta. Advertido por el
oráculo de Delfos de que uno de sus hijos lo mataría, Layo abandonó al niño en
el monte Citerón. Lo encontraron unos pastores, y, como tenía los pies
hinchados, lo llamaron Edipo (término que, en griego, significa “pie
hinchado”). Después lo condujeron ante Pólibo, rey de Corinto. El soberano y su
esposa Peribea lo adoptaron como hijo. Ya adulto, Edipo oyó de un corintio
indiscreciones sobre su origen. Consultó entonces al oráculo de Delfos, que le
reveló que mataría al padre y desposaría a su madre. Tratando de evitar el
cumplimiento de la predicción, se fue de Corinto, pues creía que Pólibo y
Peribea eran sus verdaderos padres. Entre Delfos y Tebas, en un paraje rocoso,
tuvo un altercado con un desconocido, a quien mató. Así se confirmó la primera
parte del oráculo; el desconocido era Layo. En Tebas, Edipo se encontró con la
esfinge, monstruo que proponía un enigma a los viajeros, a los que devoraba al
no obtener respuesta satisfactoria. Edipo, sin embargo, descifró la pregunta
del esfinge que, decepcionada, se precipitó desde lo alto de una roca. El
reconocimiento de su hazaña, Creón, regente de Tebas, le cedió el trono y le
concedió la mano de la reina Yocasta. De esa unión incestuosa nacieron cuatro
hijos: Eteocles, Polinice, Antígona e Ismena, todos de trágico destino. Después
de algunos años de reinado feliz, el héroe vio diezmada por una epidemia a la
población de su país. Nuevamente recurrió al oráculo, el que declaró que la
peste sólo cesaría cuando fuera expulsado de Tebas el asesino del Layo. El
soberano maldijo al asesino y tomó medidas para individualizarlo. Consultó al
adivino Tiresias y, a través de sus revelaciones, acabó por llegar a la verdad.
Yocasta avergonzada ante el incesto, se ahorcó. Edipo se vació los ojos y,
expulsado de la ciudad llevó una vida errante, acompañado solamente por su hija
Antígona. Eteocles y Polinice se negaron a interceder en su favor, y él los
maldijo. Después de largos viajes llegó al Ática, donde encontró asilo junto a
Teseo. Sus hijos y Creón trataron entonces de hacerlo volver Tebas, pues un
oráculo había predicho que el país que albergara su tumba sería protegido por
los dioses. Edipo, sin embargo, se negó a volver, y murió en Colona, burgo
próximo a Atenas. Así aseguró al pueblo ateniense la victoria permanente sobre
los tebanos.
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Edipo y la Esfinge. Detalle sobre antigua crátera griega |
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Edipo y la Esfinge de Jean Dominique Ingres |
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