SINOPSIS:
Latona y sus hijos, Apolo y Diana. Por W. H. Rinehart. |
Llamada Latona por los romanos. Hija
de los titanes Ceo y Febe. Se unió a Zeus y tuvo a Apolo y Artemisa (Diana).
Buscó desesperadamente un lugar donde sus hijos pudieran nacer. Pero todos los
lugares de la tierra habían recibido de Hera (Juno), celosa esposa de Zeus, la
prohibición de recibirla.
Finalmente, Latona llegó a la isla de Ortigia, que
consintió en darle abrigo. Los dolores del parto duraron nueve días y nueve
noches. Todas las diosas, menos Hera e Ilitia (diosa de los partos) vinieron a ayudarla. Pero Ilitia, a cambio de
varios regalos que las demás diosas le ofrecieron, consintió en auxiliar a Leto,
y ella pudo dar a luz sus hijos. Según otra versión, Hera habría jurado que Leto
no concebiría en lugar alguno donde brillase la luz del sol. Por orden de Zeus,
la infeliz fue conducida ante Poseidón por Bóreas. El dios del mar se
compadeció de ella, y, levantando olas en torno a Ortigia, formó una bóveda
líquida que impedía el paso de la luz. Se cuenta también que para escapar de la
ira de Hera, Leto se transformó en loba y se refugió en el país de los
Hiperbóreos. Una vez dado a luz a los mellizos, Apolo y Artemisa, la isla de Ortigia cambió su nombre por el de
Delos (“la brillante”). Por su valentía fue siempre objeto del mayor afecto de
sus hijos, que la defendieron contra el gigante Ticio, la serpiente Pitón y las
injurias de Niobe.
ADEMÁS:
Jarrón donde se muestra a Apolo atacando al gigante Ticio. |
* Niobe, reina de Tebas y esposa de
Anfión, se jactaba de haber tenido más prole que Leto, pues mientras aquella había
tenido siete hijos varones y siete hijas mujeres, Leto solo había tenido a dos.
En castigo, Apolo fulminó a los siete hijos mientras que Artemisa hizo lo
propio con las hijas, salvándose solo Cloris.
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